Presentando la introducción y el primer capítulo de La aventura de la teología progresista (escrito en 1974)[1] del filósofo italiano Cornelio Fabro (1911-1995), el p. Ayala explica en qué sentido la crisis de la teología moderna es una crisis metafísica. Los malos teólogos modernos no tienen la misma noción de teología porque no tienen la misma noción de Dios: estudian otra cosa. Y ellos no tienen la misma noción de Dios porque no tienen la misma noción de ser y conocer que tenía Santo Tomás. Es decir, la noción de Teología depende de la noción de Dios, y la noción de Dios depende de la noción de ser y conocer.

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La exposición se divide en cuatro partes. En la primera se muestra la gravedad de la crisis de la teología según el p. Fabro. En la segunda, se explica cómo partiendo de los principios de la filosofía moderna se llega a una teología errada. En la tercera parte se explora la conexión necesaria entre una metafísica correcta (Tomista) y la verdadera teología. Y en la cuarta y conclusiva, se considera cuál es el camino a seguir, según el p. Fabro, si se quiere salir de esta crisis.

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De la conclusión

“… La filosofía moderna lleva a una noción errada de Dios, y de allí a una teología que se convierte en antropología. Por eso es que la lucha de la teología no se puede establecer solamente en el plano de las afirmaciones doctrinales. Si a los teólogos modernos no les importa lo que diga el Magisterio, ¿qué puede importarles lo que afirmemos nosotros? Hay que atacarlos en sus principios. Como dice Fabro, hay que ir ‘a la raíz de los problemas y de los errores’ (Fabro, La aventura, 24). Hay que mostrar que no hacen teología: que su noción de Dios es errada porque su punto de partida es errado. Hay que mostrar que no son tomistas: porque el punto de partida de Santo Tomás no es complementario sino opuesto al punto de partida de Kant. Hay que mostrar que están equivocados, pero teniendo en cuenta que su error original no es propiamente teológico sino filosófico. Reducen la teología a filosofía, porque tienen una mala filosofía, la del principio de inmanencia. Dice Fabro: ‘El problema crucial para la teología es entonces la investigación de su metodología… es decir, el encuentro de razón y fe’ (Fabro, La aventura, 18).”

[1] Usamos la edición crítica italiana: Cornelio Fabro, La aventura de la teología progresista (Segni: EDIVI, 2014).